Se establecieron en 1974 y desde entonces son la brújula que guía a la institución en su labor educativa y en su compromiso con la sociedad. Estas directrices, de inspiración cristiana y basadas en la filosofía educativa jesuita, definen los principios y valores que debe observar la institución y encauzan el desarrollo de planes de estudio, proyectos de investigación y programas de vinculación, así como todas las acciones de la comunidad universitaria.