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Empresas B: la otra cara del emprendimiento y los negocios

Thumbnail Fotos: Luis Ponciano

Las compañías que cuentan con la Certificación B se distinguen por la búsqueda de un impacto social y de cuidado del medio ambiente, perfil que coincide con lo que el ITESO inculca en su comunidad universitaria.

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THURSDAY, FEBRUARY 6, 2020

Édgar Velasco

Para toda una generación el concepto "lado B" es desconocido. Hace muchos años las compañías discográficas tenían la costumbre de lanzar sus sencillos en discos de vinilo con el tema principal en el llamado "lado A" y un tema secundario en el B. La idea del lado B ha trascendido el paso del tiempo y muchas disciplinas recurren a este concepto para referirse a maneras diferentes de hacer las cosas, dejando lo convencional para el lado A.

Tal es el caso del ambiente empresarial y de emprendimiento, donde cada vez toman más fuerza las llamadas Empresas B que tienen por objetivo impactar positivamente a la sociedad y contribuir al cuidado del medio ambiente, sin dejar de ser negocios rentables. 

Gonzalo Hernández, académico de la Escuela de Negocios ITESO, explica que la propuesta de las Empresas B nació en 2007, cuando un grupo de amigos que había estudiado en la Universidad de Stanford se dio cuenta de que sus negocios no impactaban positivamente al mundo.

Por esta razón decidieron tomar cartas en el asunto y crearon B Corporation, una certificadora internacional que, explica Hernández, "retoma cuestiones de diferentes estándares internacionales (ISO), de empresas socialmente responsables, del comercio justo, temas de género, medioambientales y culturales". La Certificación B, también conocida como Sistema B, es considerada el estándar más alto al que pueden aspirar los negocios socialmente responsables.  

El académico explica que, a diferencia de otras empresas, aquellas que se ven a sí mismas como Empresas B "tienen una responsabilidad social en su ADN, no es un apéndice. Están concebidas para tener impacto social", y agrega que, si bien es complicado montar un negocio con este perfil, "lo más difícil es que una empresa grande sea coherente con lo que busca el movimiento B. Está más enfocado en pequeñas y medianas empresas, startups o emprendimientos sociales que son cercanos a su comunidad". 

Actualmente Hernández trabaja en la obtención del grado de doctor en Gestión Avanzada y Economía Social por la Universidad de Mondragón, España. Su tema es, precisamente, el estudio de caso de cuatro negocios que cuentan con esta certificación en Guadalajara: Eosis, Sarape Social, Fondify y Aguagente.

El movimiento de Empresas B ha ido creciendo con el paso de los años, tanto que Gonzalo Hernández no duda al anticipar que dentro de diez años dejará de ser opción estar fuera de esta tendencia.

En ese sentido el académico detalla que se está empujando este modelo de emprendimiento desde diferentes trincheras. Pone dos ejemplos: el primero es el surgimiento de la Academia B, un movimiento de formación, investigación y generación de conocimiento en torno a las Empresas B, que se puede encontrar en línea y del cual el ITESO forma parte con 20 profesores.

El segundo es una carta de Michael Garanzini, SJ, secretario de Educación Superior de la Compañía de Jesús, en la que invita a las Escuelas de Negocios de las universidades jesuitas a redirigir sus trabajos para formar emprendedores que generen cambios que permitan transformar el orden económico actual. 

Sobre el crecimiento del movimiento B, Hernández apunta que hay 3 mil 214 empresas certificadas alrededor del mundo, ubicadas en 150 países. En México hay 63, entre ellas las cuatro arriba mencionadas que se ubican en Guadalajara y que tienen un común denominador: en tres de ellas hay socios egresados del ITESO. Esto, dice el profesor de la universidad, no es casualidad ya que las búsquedas de las empresas B coinciden con las orientaciones del ITESO. 

Por otro lado, señala que desde la universidad se trabaja en un Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) para acompañar a las cuatro empresas radicadas en Guadalajara y con el que se busca contribuir a que aumentan las empresas certificadas.

"Estamos trabajando para que el ITESO se convierta en un actor vinculante", dice Gonzalo Hernández, y concluye que hasta ahora la apuesta del PAP ha sido "un éxito" porque ha logrado despertar el interés de los estudiantes. "El PAP comenzó con cinco estudiantes en el semestre Otoño 2019 y ahora vamos a abrir espacio para otros diez".