Las Eras del laboratorio Moira entra en ruta de distribución
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Las Eras del laboratorio Moira entra en ruta de distribución
Con el Festival Shorts México, el video arte y la instalación de Las Eras, hechos por estudiantes y académicos del ITESO, inicia su camino de exhibición, en el cual se espera visitar otros festivales, así como retornar a Colima y a Cuyutlán, donde fue realizado.
Óliver Zazueta
Una ruta de distribución mixta entrando a festivales experimentales y dialogando con distintas comunidades es la que se tiene pensada para el proyecto Las Eras del Laboratorio Moira, Narrativas en Tránsito del Departamento de Estudios Socioculturales (Deso) del ITESO, el cual inició este proceso participando en septiembre pasado en el Festival de Cortometrajes, Shorts México.
Las Eras es un proyecto transmedia de investigación y expresión artística que está basado en las experiencias de los habitantes del pueblo salinero de Cuyutlán, en Colima, un territorio ubicado entre la laguna y el mar, cuyo sustento principal es la producción de sal de modo artesanal.
El punto de partida de esta iniciativa fue la pieza Esculpir el silencio de la artista uruguaya Tamara Cubas, que relataba los testimonios de las travesías de mujeres migrantes en una instalación que utilizó montículos de sal, la cual fue traída desde esta población.
A partir de ahí, Moira expandió el proyecto ganando un cuerpo propio, creando universos de muchas piezas conectadas –videoarte, instalación, foros de conversación, fotografía–, buscando la participación y conexión con públicos distintos, para finalmente crear Eras de un cuerpo mineral, que fue la exposición que conjuntaba todas las propuestas.
“Queríamos alejarnos de esta visión romántica de imaginar un pueblo de donde se extrae de la naturaleza la sal, no tener una visión extractivista o generar más gentrificación o turismo. Ellos extraen la sal con muy poca intervención en el ecosistema y en el medio ambiente. Es una cooperativa de familias de muchísimos años, incluso hay un barrio salinero”, expresó Ariadna Ruiz, profesora del Deso y una de las coordinadoras del laboratorio Moira.
La idea es que el videoarte forme parte de algunos festivales de cine en lo que resta del año, así como en el ciclo escolar Primavera 2025, pero también habrá una ruta alterna que busca colaboraciones y otros espacios como universidades, foros culturales o lugares de lucha social.
De igual manera se busca que el proyecto vuelva al lugar de origen y aprovechar el Museo de la Sal que existe en Cuyutlán para ello, también está en planes montar una exposición, posiblemente para el mes de enero, en el Museo de Colima. También, en conjunto con la Universidad de Colima, el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Iberoamericana (Ibero) se buscó editar un libro, no sobre el trabajo de Las Eras, sino a partir del problema y las preguntas que se han hecho desde el laboratorio sobre cómo pensar proyectos de intervención artística y repensar los alcances éticos del trabajo con comunidades y personas.
“Se pensó en una línea de distribución que fuera exclusiva del videoarte, pero más que nada se buscaron espacios que pudieran enriquecer a la pieza y que no fuera algo solo contemplativo. La sal es el oro blanco y tiene mucho valor tanto simbólico como cultural, el que también regrese a la comunidad donde nació es muy significativo”, explicó Ana Valeria Cisneros, alumna de la Licenciatura en Gestión Cultural y becaria en Moira, quien fue responsable de la distribución y el mapeo de festivales para el videoarte.
El vínculo imagen-sensación
La sal es algo muy presente en nuestra vida, en nuestra mesa en nuestros cuerpos, es algo fundamental en la vida que solemos dar por hecho. Ante esta reflexión, la parte visual y el trabajo de cámara de Las Eras se inclinó a tratar de resignificar y dejar muy en evidencia lo sensorial.
Arséne Abaroa, estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales, quien fue parte de Moira durante el primer año del laboratorio y una de los responsables del trabajo de fotografía, explicó que la filmación en Cuyutlán formó parte de un diseño muy largo, que tuvo que sujetarse al ciclo natural de la sal ya que los pobladores se esperan a ciertas épocas del año –de marzo a abril–, para realizar la cosecha.
“Hicimos una escaleta y decidimos incluir en el mar y la playa, y en otra parte la salinera como tal y de ahí nos dividimos en dos grupos de fotografía uno con Juan Pablo Sandoval y otro en el que estuve yo. A las salineras no puedes ir al mediodía porque el sol no los deja trabajar, solo puedes ir cuando amanece u oscurece. Queríamos jugar mucho con las sensaciones. En los momentos que estábamos grabando todo era muy sensorial, la sensación del mar, la sal, el tren, todas estas eras, que son los cuadros en donde se cosecha la sal”, dijo.
La egresada de la Licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales, Norma Lamadrid, fue la editora audiovisual del cortometraje –cuya duración aproximada es de cinco minutos– y comentó que una de las líneas importantes de la pieza era que había que entender la sal no solo como lo que le pones a la comida, sino como el salario, el trabajo y el esfuerzo, y todo lo que representa a nivel físico.
“Teníamos el pueblo mismo, que es un pueblo hasta cierto punto fantasma debido a toda la migración que hay y a la falta de oportunidades laborales. El hecho de que la sal es un material corrosivo se ve reflejado en el mismo pueblo, no sólo es abandonado porque no es cuidado, sino porque el mismo espacio en el que estamos lo oxida. Ahí encontramos simbolismos muy potentes”, destacó.
“Fue algo muy bonito, pero a la vez extraño, porque yo no fui al rodaje, pero mi chamba fue más personal, fue estar dialogando con el archivo y con el sonido que también fue muy potente e importante, pero al mismo tiempo estar en contacto con los realizadores –el video contó con la colaboración en dirección de la también académica del Deso Alana Simoes– que nos llevaban de la mano para encontrar este balance”.
¿Qué es Moira?
Moira es el proyecto estratégico más joven del Deso y es un espacio de formación, investigación y creación, que tiene un énfasis particular en el diseño y producción de proyectos transmedia, ya sea con un fin educativo, social, artístico, pero también con un área observación teórica y producción metodológica de prácticas del ecosistema mediático y comunicativo.
Cuenta con una amplia red de académicos y estudiantes vinculados, tanto becarios como voluntarios y tiene tres líneas de investigación-creación: hacia el diseño y producción de proyectos transmedia sobre temáticas de disidencias sociales y violencia; hacia la Investigación y el monitoreo, y la reconfiguración y análisis de estéticas, lenguajes, formatos y narrativas; y al activismo transmedia, no con acciones directas, sino creando metodologías participativas e interdisciplinares y marcos teóricos para pensar estas acciones colectivas.
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