Un encuentro internacional de solidaridad y resistencia
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Un encuentro internacional de solidaridad y resistencia
El Congreso Re-Existe reunió en el ITESO a activistas, intelectuales y artistas de todo el mundo. Su propósito, generar un espacio de acompañamiento, reflexión e intercambio cultural que busca fortalecer a los movimientos que resisten a las injusticias globales.
Diana Alonso
Con música y mensajes cargados de esperanza comenzó el Congreso Re-Existe, una jornada que convocó activistas y colectivos que trabajan en ámbitos espirituales desde una perspectiva interreligiosa. Este encuentro buscó ser un espacio de acompañamiento, en el que las múltiples formas de resistencia puedan conectar y fortalecerse.
“Vamos uniendo fuerzas, fortaleciendo el músculo colectivo y sembrando semillas que quizá tarden en germinar, pero que sin duda florecerán. De hecho, creo que ya estamos presenciando muchos de sus frutos”, expresó Elías González, coordinador de la Cátedra Jorge Manzano, SJ, y académico del Centro Universitario Ignaciano (CUI) del ITESO, durante la inauguración del encuentro celebrado en el Auditorio Arrupe SJ.

La cátedra forma parte del comité organizador de Re-Existe junto a diversas organizaciones como Bendita Mezcla, una escuela comunitaria que une las luchas sociales con la espiritualidad en América Latina; Acompañamiento Mutuo Espiritual y Teológico (o por sus siglas en inglés MAET), una propuesta internacional que crea espacios de encuentro y reflexión para personas comprometidas con la justicia y la espiritualidad, y Watawa Wa Taa, cuyo nombre en suajili significa “compañeros/as del camino de la luz”, una comunidad espiritual y pedagógica para quienes viven su fe desde la resistencia, integrando miradas liberadoras, feministas, queer y ecológicas.

El congreso incluyó intervenciones de la cantante española Lídia Pujol y contó con la presencia de integrantes de colectivos de búsquedas de personas desaparecidas, y la participación de activistas miembros del comité organizador como Teresa Forcades, religiosa benedictina, impulsora del movimiento independentista catalán Procés Constituent.

Los participantes compartieron las causas que defienden, su esperanza y lo que significa re-existir para cada uno de ellos: “Re- existir es profundamente hermoso […] nos volvemos parte del colectivo al que pertenecemos. Ya no se trata sólo de la familia en la que naciste, ni de la religión en la que fuiste criado. De algún modo, naces en una nueva humanidad. Pero no una humanidad centrada únicamente en el ser humano, sino en una profundamente conectada con todo lo que es vida a nuestro alrededor”, dijo Kochurani Abraham, teóloga feminista, investigadora y originaria de Kerala, India.

Mumbi Kigutha, teóloga, escritora e integrante de la congregación de las Hermanas de la Preciosa Sangre, hizo un llamado a reconocer la crisis migratoria que atraviesa África, así como los conflictos en la República Democrática del Congo y la guerra civil en Sudán. También denunció el impacto del extractivismo, que ha sumido en la pobreza y la violencia a millones de personas.

“Me gustaría traer a la memoria las voces que habrían estado presentes. Las voces de las personas desplazadas […]; de migrantes que, en su intento por encontrar una vida mejor, se han perdido en el Mediterráneo […]; de madres e hijas que enfrentan un aumento de los feminicidios y violencia de género. La pobreza asfixiante que sigue creciendo y consumiendo a tantas personas debido a prácticas extractivistas y explotadoras […], África está siendo colonizada de nuevo”, dijo Kigutha.
Luis Enrique González, director del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia (CUDJ) Francisco Suárez, SJ, concluyó la inauguración con una invitación a recorrer una instalación que aborda la crisis de desaparición forzada en el estado de Jalisco, un espacio de memoria y reflexión colectiva.
A lo largo de tres días, del 22 al 24 de septiembre, participaron alrededor de 30 colectivos provenientes de más de diez países de cuatro continentes, en un programa que incluyó conferencias, mesas de trabajo y también actividades culturales y artísticas, entre ellas talleres de danza, expresión corporal, conciertos, rituales, así como presentaciones de rap en tzotzil y break dance.
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