El ITESAT sigue contribuyendo al desarrollo de tecnologías satelitales
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El ITESAT sigue contribuyendo al desarrollo de tecnologías satelitales
Un equipo multidisciplinario del ITESO, integrado por estudiantes, profesores y un egresado, viajó a Nuevo México para colaborar con la NASA en el lanzamiento de la plataforma EMIDSS-7. En ella se transportó el ITESAT junto con los dispositivos diseñados por la UNAM y el IPN.
Diana Alonso
El nanosatélite ITESAT, diseñado y construido por estudiantes, profesores y egresados del ITESO, realizó su cuarto vuelo como parte del programa Columbia Scientific Balloon Facility (CSBF), operado por la National Aeronautics and Space Administration (NASA). El dispositivo se integró al séptimo Módulo Experimental para el Diseño Iterativo de Subsistemas Satelitales (EMIDSS-7), proyecto colaborativo liderado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en el que también participa la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El objetivo de las misiones es desarrollar y validar tecnologías satelitales (específicamente los CubeSat) en condiciones extremas, similares a las del espacio exterior. Las pruebas se realizan en la estratósfera, justo en la región donde se encuentra la capa de ozono. Allí se exponen a temperaturas que oscilan entre los –50 y 150 grados centígrados.
“La presión atmosférica es al vacío. Hay cero humedad y se está expuesto a la a partículas de radiación […] el impacto puede hacer que se queme un transistor”, explicó para Cruce Luis Rizo Domínguez, académico del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI), quien dirige la participación del ITESO en este proyecto.
En esta ocasión, el equipo implementó un transmisor que permitió mantener el enlace durante todo el trayecto del vuelo, además de una inteligencia artificial (IA) capaz de calibrar los sensores térmicos de ozono y metano del dispositivo. También se probaron chips de la compañía NXP.
El despegue
Tras cinco intentos, el módulo EMIDSS-7 despegó el 21 de agosto a las 7:30 horas (tiempo de Ciudad de México) desde la base Fort Sumner, en Nuevo México, Estados Unidos. Un globo de superpresión traslúcido y cuyo tamaño hace ver pequeño a un tráiler de doble remolque, elevó la góndola con la plataforma de aluminio que portó los nanosatélites desarrollados por el ITESO, la UNAM y el IPN, junto con otros experimentos científicos. La misión identificada como FY25-FTS se mantuvo más de seis horas, alcanzando una altitud de 37.24 kilómetros.
El equipo multidisciplinario del ITESO, conformado por cuatro estudiantes, tres profesores y un egresado, viajó a esa base de la NASA para integrar el ITESAT a la plataforma de vuelo. Cada participante asumió tareas específicas: César Real Diez Martínez y David Ochoa González, académicos de Ingeniería Mecánica, se encargaron del ensamblaje de estructuras tanto del satélite como del módulo. Alan Daniel Castro Ramírez, egresado del mismo programa, diseñó la estructura del EMIDSS y colaboró en los montajes mecánicos. Rizo dirigió las gestiones del grupo con la NASA y apoyó en las diversas áreas de electrónica.
Miguel Ángel Manzano Hernández y Gustavo Sánchez Arvizu, estudiantes de la Especialidad en Sistemas Embebidos, se encargaron de conectar y verificar los sistemas de ambos satélites y corregir fallas técnicas. Emilio de Santiago Tovar, de Ingeniería Electrónica, corrigió errores en el transmisor. Renata Álvarez Orenday, estudiante Ingeniería Mecánica, fungió como enlace con los ingenieros de la NASA y participó en las pruebas de compatibilidad entre los sistemas.
“Después de nosotros […] la NASA hace pruebas de compatibilidad: que nuestros sistemas no interfieran con sus sistemas principales, por ejemplo, centros de gravedad y cuestiones mecánicas”, señala Rizo. Viajar con la NASA implica cumplir con rigurosos estándares técnicos y de seguridad. El CSBF realiza entre 20 y 30 misiones al año desde distintas partes del mundo, en bases como las ubicadas en la Antártida y Nueva Zelanda, entre otras.
La IA en el espacio
El equipo continúa con el análisis de los datos recopilados por el ITESAT, entre ellos la verificación del desempeño de la IA en esta misión. Una de las actualizaciones previstas para el próximo lanzamiento es mejorar la antena de transmisión y optimizar el consumo energético del satélite. Para ello se desarrollará una IA capaz de optimizar el uso de la carga de las baterías. Esta innovación se realizará en colaboración con la Universidad de Belmont, que se enfocará en el diseño del software, mientras que el ITESO lo propio en la construcción del hardware.
“También vamos a generar los datos con los que se entrenará la IA […], después haremos pruebas desde nuestro laboratorio”, explicó Rizo.
El desarrollo del ITESAT comenzó en 2022 y ha involucrado a más de 90 personas de distintas carreras y niveles académicos dentro de la comunidad universitaria. “Este tipo de experimentos son muy completos y permiten que cada integrante avance en su especialidad”, señala.
Rizo subraya que el proyecto está abierto a todos los apasionados por las tecnologías aeroespaciales que deseen sumarse a esta iniciativa, que representa una oportunidad única en términos académicos y formativos, y es también un precedente que impulsa el crecimiento del sector aeroespacial en el país.
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